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Mostrando las entradas de septiembre, 2007

29. Paréntesis de la soledad...

Esa deliciosa soledad que me acompaña desde siempre, hay días y noches en que confunde el invierno con el verano, el Sur con el Norte, o al revés. Pero siempre me regresa... Días como ayer que me esbozó amaneceres, voces, crepúsculos y miradas de hace tiempo... Ilusión de ese roce presentido que comenzara en las puntas de mis pies y llegara fortalecido hasta mi alma... Sueño de placer estremeciendo cada poro de mi cuerpo desnudo y erizado, que me llevara luego del estallido a la ternura escondida en el abrazo cálido... Inmenso deseo de que la locura me invada y que siga sin descanso el camino del amor, guiada por el sexto sentido, el séptimo y todos los demás, hasta tomarme para siempre el corazón... Noches como la de anoche en que la vida se me hizo una cobija rota... Toda la noche tuve frío por dentro, sufrí de sueños sin sueño, me asaltó el fantasma de los besos negados y me agobió aquel todo que se volvió nada, pero sigue tercamente agazapado en mi desnudez sin caricias, en mi por

28. No me llores...

Video: No llores - Gloria Estefan Una terminación de pareja es algo muy similar a Hiroshima después del estallido. El sentimiento literalmente se engulle todas nuestras costumbres cotidianas. Las agendas de trabajo, de aeróbicos y de estudios no se vuelven a actualizar en la etapa del duelo. Y ni qué decir del compartir con familiares y amistades... ¡si hasta la mascota empieza a famelizarse! Son momentos de confusión, de recordación, de maldiciones y de golpes de pecho. Momentos en que el basurero deja de recibir toallitas desmaquillantes y restos del papel reciclado en donde se solía hacer cuentas, notas y listas de regalitos para el bienamado y cercanos, y pasa a llenarse con servilletas empapadas en los fluidos de cada agujero de la cara y con fotos desmenuzadas... Hay muchísimas formas de reaccionar o de transar con el dolor del rompimiento, tantas como hombres y mujeres despechados. Pero destacan cuatro que a cada uno de nosotros le sonará familiar de alguna manera: la del puñal

27. Elegía del Amor Libre...

¡Que nadie se meta! Este amor que hoy me sobrevive este amor sin piel que a nadie importa este amor desnudo y promiscuo cuando quiere este amor que tan sólo es amor nadie lo entiende me permite sentir estando muerta y morir de placer estando viva Este amor simple no es ensayo literario no necesita la erudición certera de las ciencias (Platón lo envidiaría por asceta y el mismo Freud por pudor lo negaría...) Este amor es sin más razón el mismo Sobrevivió a quien pudo o no pudo retenerlo y a quien quiso o no quiso dejarlo ser Este amor sin motivo motivado se quedará aún en contra de mi misma porque sabe vivir con vida propia Este amor por muchos deseado puede cubrirme o desvestirme de mil maneras puede tomar la forma de la música fundirme en besos al borde de una boca hacerme poesía en unos ojos reconocerme piel en otro cuerpo volverme vida en un sueño compartido agonizarme de recuerdo en un olvido y regresarme luego a su génesis libérrima de no ser más que él y seguir siendo... ¡Que a n

26. Sin alas...

Sucede que lavo las huellas y lijo las marcas todos los días... pero cuando creo que empiezas a diluirte el pincel de una canción vuelve a dibujarte Tu recuerdo me sigue trayendo brisa de rambla en las tardes esperas mirando el Ávila y tu abrazo sigue vivo en mis mañanas de bungavilla... Mis silencios prolongados terminan hablando de tu cuerpo y el corazón con licencia franca para seguir otras rutas termina recalando en tu vía violando todos los semáforos... El sueño que me habita definitivamente mudo me mira desde lejos me habla desde adentro no puede volar le falta un ala... A veces corriendo el riesgo de dejarlo allí muriendo por condernarlo a ser sólo un sueño he adelantado todos mis relojes y le he enviado el pasado sin dirección de remitente pero el tiempo me ignora y se empeña en regresarte ...sin las alas

25. Un paseo nocturno por Sabana Grande

Probablemente el título ya los tendrá situados en el límite entre el amago y la tragedia, y estoy casi segura de que muchos de ustedes pensarán que tengo suerte de loco o que mi ángel guardián necesita sobresueldo... Todo comenzó cuando mi amigo Jesús, despues de pedirme que le acompañara ese domingo a hacerle una visita de agradecimiento al Socio Mayor, -socio que compartimos-, me invitó a conocer los predios que lo vieron nacer y crecer en esta adorable e impredecible Caracas. Fascinada por sus relatos del recuerdo, pude escuchar y ver las aguas cristalinas de la Quebrada de Chacaito, donde tantas veces se bañó y bordeando sus laderas subió al Ávila, atravesé el tupido Bosque de la Mansión Sans Souci, supe de dónde salieron los árboles sembrados en el Parque de Los Caobos y conocí cómo fue surgiendo cada edificio ante los ojos atónitos de una tropa caimanera que poco a poco fue despidiéndose del aire puro, los mangos bajitos, el olor a tierra mojada y la brisa con olor a flores. Más