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61. Colorín colorado...

A migos: Hoy cierro el "Cangilón". Hace un tiempo me propuse cambiar, renovar, renovarme... y ayer se me ocurrió asumirlo con el nuevo año como pauta, como impulso. Digamos que ayuda, que es una manera de definir mejor la frontera de otro compromiso. A partir de hoy, el "Cangilón", todos sus sueños y sus lunas, entrarán en una etapa de hibernación por tiempo indefinido y es posible que migren por partes hacia el papel, haciendo caso a una atenta oferta de la Editorial El Perro y La Rana * , a quienes les estoy muy agradecida por la deferencia. Por supuesto, la última palabra la tendrá a partir de enero el comité editorial... Entonces decía... cambiar de tema, de motivación, buscar nuevas formas, nuevos objetivos... Buscar adentro y afuera... Asumir bajo otra óptica nuevos riesgos... Reconocerme a lo largo de un nuevo paisaje, resignificar... Además, cambiar siempre me ha parecido, entre otras cosas, adrenalítico, "endorfinático", paradigmático y necesario.
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60. ¡Feliz Año 2008!

Queridos: Si estuviera en mis manos, este año les entregaría más paz más alegría más aire puro más sol más salud más flores más caricias más abrazos más unión más amor más respeto más sorpresas más travesuras más sueños más sinceridad más ternura más certezas más tiempo más confianza más amistad Les dejo, con mi cariño, lo que poseo de esto y mi deseo porque el nuevo año venga cargado del resto que haga falta...

59. Gracias, querido Niño Dios

Gracias por tu mano, por tu generosidad. Gracias por este año que se va y que me permitió encontrarte permanentemente y crecer un poco más; gracias por permitirme la claridad, la esperanza, el ingenio y la fortaleza para seguir en la ruta de mi misma y de quienes me necesitan; gracias por mis dos hijos, porque te tienen, porque los veo crecer y porque todos los días se encuentran mejor a sí mismos; gracias por haberme mostrado otras facetas de la mujer y del amor; gracias por mis logros profesionales y personales; gracias por regalarme otro segundo domingo de mayo, otro 26 de julio, otras muchas fechas especiales y hoy... No te niego que hubo momentos que deseé poder tenerte, digamos, como más a mano. Poder, por ejemplo, leerte y consultarte a través de un blog o de un celular. ¡Algo así... qué se yo! Qué raro que no se te haya ocurrido... ¿Por qué no? ¿Te imaginas? Tener tus instrucciones express y hacerte comentarios pidiéndote orientación o ayuda precisa e inmediata. ¡Ahhh, hubiera

58. Te esperé

En las rosas amarillas, en las palabras, dentro y fuera del cristal líquido en las letras, en la música, en el silencio, en la esperanza, en el respeto, en la piel, en el alma, en los ojos, en el sueño, en la vigilia, en el abrazo, en los besos, en el sí creo, en el sí quiero, en el sí puedo... m ás allá, inclusive... Te esperé en todos mis lugares que hice tuyos y en todos los lugares a tu alcance... Sólo silencio... Tu mano no llegó... Hoy me voy, volveremos al comienzo, cuando aún no estabas… La vida no se ha ido, me mira, me llama del otro lado de la ausencia y del deshaucio... Señala un camino hacia delante y he decidido salirle al encuentro...

57. Regalo

Te regalo mi aire perfumando suspiros, la luz de mis ojos, faro de tus miradas, la intemporalidad de mi sueño que te vive, el testimonio de mi voz lloviznando besos, la humedad de mi piel, remanso de tu boca, mis anhelos aleteando entre tus dedos, la geometría de mi cuerpo moldeado a tu medida, el ancla de mi pasos hundida en tu ribera, el borde de mi paz, horizonte de tu alegría. Te regalo mi alma florecida con olor de canela sembrada por tu Alma en Primavera

56. Adviento

Está bien, ven a traerme cascabeles, tú que piensas que nada es imposible. Ven a quitarme esta tristeza que no cesa, cambia mi queja por canto en tu guitarra, pon colores en mi cara cenicienta, tómame de la mano y haz que ría, háblame de tu gente y de tu tierra, mientras cantamos juntos a Sabina Escucha, cuando llegues mi puerta estará abierta, no te extrañen las luces apagadas a pesar de la época de Adviento, sólo entra y abrázame... No preguntes, regálame en silencio el sol que te acompaña Mi cielo está nublado y no es invierno, mis tardes son oscuras y hace frío. Yo dejaré que tu calor me cubra, sólo tú tienes la llave del paréntesis y por tu bien debes cerrarlo luego... Serán momentos de vida, tú la traes, y si quiero vivir te necesito... Yo te daré de mí lo que tú siembres, pero aunque suene duro y no lo entiendas, por preservarte el sol que me regalas, ya lo sabes, te guardaré un pasaje de regreso...

55. Siempre...

Un tiempo hubo, que no fue el primero, en que un mismo canto nos arrulló... Quizás una mañana, de nuevo, el mismo abrazo de enredadera volvió a ser sólo perfume... Un día, como si estuviéramos donde no teníamos que estar, volvimos a reconocernos... Y una noche habrá, seguro, que ya no estarás, que ya no despertaré... Un tiempo volverá -lo se- de música, de sueños, de palabras y lugares familiares sin causa aparente... Otro día no lejano, otra tierra, otros nombres, otros hijos, en el mismo abrazo nos encontrarán... Otro tiempo habrá...