Está bien, ven a traerme cascabeles, tú que piensas que nada es imposible. Ven a quitarme esta tristeza que no cesa, cambia mi queja por canto en tu guitarra, pon colores en mi cara cenicienta, tómame de la mano y haz que ría, háblame de tu gente y de tu tierra, mientras cantamos juntos a Sabina Escucha, cuando llegues mi puerta estará abierta, no te extrañen las luces apagadas a pesar de la época de Adviento, sólo entra y abrázame... No preguntes, regálame en silencio el sol que te acompaña Mi cielo está nublado y no es invierno, mis tardes son oscuras y hace frío. Yo dejaré que tu calor me cubra, sólo tú tienes la llave del paréntesis y por tu bien debes cerrarlo luego... Serán momentos de vida, tú la traes, y si quiero vivir te necesito... Yo te daré de mí lo que tú siembres, pero aunque suene duro y no lo entiendas, por preservarte el sol que me regalas, ya lo sabes, te guardaré un pasaje de regreso...
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