Posteriormente, mi primer encuentro cercano -debido a un tercer tipo...- con la luz de las luciérnagas fue metafórico. Estaba en la universidad y vivía en una residencia para estudiantes donde la dueña literalmente moría por su impenitente y malhadado amor, a quién ella a pesar de todo se empeñaba en llamar "Mi solecito". Un buen día, o mejor una mala noche, a "Mi solecito" se le pasaron las copas, las horas y las manos... y al desayuno de la mañana siguiente la mirada de nuestra querida casera era oscura por dentro, de frente y de perfil... No obstante, como siempre, doña Sarita llamó: "¡Solecito, tu desayuno está servido!". Fue entonces cuando una de las compañeras, quizás autorizada por el malestar colectivo que pesaba en el ambiente y por ser la más antigua del grupo, parafraseando al poeta(*), le espetó: "¡Doña Sarita, qué solecito ni que solecito, si eso no llega ni a luciérnaga de menguado brillo...!"
La danza (**). Años más tarde, volví a encontrarme con las luciérnagas. Fue en cierta oportunidad, cuando las circunstancias nos llevaron a recalar en la hospitalaria Maturín, al sureste de Venezuela. Impedida en aquel momento para tomar una casa dentro de la urbe, me vi obligada a buscarla en lugares apartados. Así fue como encontré una casita de campo (lista para mi mente febril de bricolera frustrada...), situada a cinco minutos de la ciudad en el paraje más hermoso posible, que ni aún en los momentos más desvariantes hubiera podido concebir. Lo que para los lugareños era una desventaja por los seis kilómetros que lo separaban de la actividad citadina, para mis dos hijos adolescentes y yo era un verdadero milagro en todo sentido, por lo bucólico del lugar. Desde el comienzo la llamamos nuestro "palomar".
(*) ..."Le pedí una hoguera de ardor nunca extinto, para que a mis sueños prestase calor. Me dio una luciérnaga de menguado brillo... ¡Yo quería un sol!" (Soberbia - Porfirio Barba Jacob, poeta colombiano)
(**)El brillo de los duendes. Varias especies de luciérnagas viven en la India, el sureste de Asia, América del Sur y las regiones cálidas de Europa y Estados Unidos. Las luciérnagas son en realidad escarabajos que emiten luz a través de sus órganos abdominales. La variedad de emisiones abarca desde chispazos aislados hasta sorprendentes exhibiciones colectivas que son un hermoso espectáculo en las noches sin luna. La luz de las luciérnagas es fría y, en términos de energía, muy eficiente. Mientras que el 97% de la energía de las bombillas eléctricas o focos se convierte en calor, una luciérnaga concentra el 90% de su energía para la producción de la luz. El brillo que emerge del minúsculo animal es suficiente para leer una página impresa. Se dice que los estudiantes japoneses pobres usaban estos atractivos insectos para estudiar durante la noche, y en algunas partes de América del Sur se utilizaban para iluminar las casas. Verde para detenerse. La mayoría de las luciérnagas son escarabajos. La común europea es más activa en junio y julio, cuando las hembras, que no tienen alas, suben a los tallos altos de los pastos y cuelgan la cabeza hacia abajo; además, vuelven el cuerpo para exponer las verdes linternas que tienen bajo la parte posterior. Los machos, que están provistos de alas, pueden captar estas señales aun si se encuentran a 90 m de distancia. El verde del “semáforo” le indica: “Aquí puedes detenerte”. (Tomado de www.selecciones.com/)
Comentarios
Te quiere.
Patty
P.D: No puedo ponerlo como yo xq dice que mi contraseña no es válida. :S